El bígaro pequeño, una planta tapizante colorida todo el año

Mientras que a su prima de la familia Apocynaceae, la cadena de corazones, le gustan nuestros interiores, la vincapervinca pequeña, en latín Vinca minor, prefiere los exteriores. Esta hierba perenne crece en los bosques y sotobosques de Europa, hasta Rusia. En el lenguaje de las flores, la vincapervinca es sinónimo de melancolía. Sin embargo, su floración precoz y su follaje perenne alegran los jardines durante todo el año.

La vincapervinca menor extiende sus enredaderas rastreras hasta dos metros a la redonda, pero sólo mide quince centímetros de altura.

Sus brillantes hojas verde oscuro cubren el suelo. Son lanceoladas y coriáceas, con foliolos opuestos. Se sostienen sobre sus cortos tallos en ángulo recto con el tallo.

A partir de febrero, el pequeño bígaro se engalana con flores azules, a veces violetas o blancas. Tienen cinco pétalos asimétricos, formados y dispuestos como las aspas de un abanico. La floración dura hasta mayo.

Al bígaro pequeño y al bígaro grande se les atribuyen numerosas virtudes terapéuticas. Pero esta planta tapizante debe manipularse con cuidado. Es tóxica si se ingiere sin preparación. Los perros, los gatos y las tortugas también son sensibles a su toxicidad.

Los practicantes de la medicina tradicional no son los únicos que buscan Vinca minor durante sus expediciones a la naturaleza. Un grupo de pequeñas plantas de vinca menor indica que el hombre ya ha ocupado la zona, incluso hace varios siglos. Los arqueólogos aficionados buscan su presencia para desenterrar tesoros olvidados.