Brighamia insignis, una palmera de Hawaii

Brighamia insignis es una auténtica paradoja. Esta palmera, que no es una palmera, se ha vuelto muy rara en su medio natural, las islas hawaianas de Kauai y Niihau. Pero es fácil encontrarla en los centros de jardinería y en nuestros hogares, gracias a un programa de conservación de la especie.

La palmera hawaiana es una planta suculenta erguida. Puede alcanzar una altura de dos metros y una extensión de un metro.

La Brighamia insignis no es ni una palmera ni un arbusto. No tiene ni pie ni tronco. Desarrolla un tallo hinchado, más grueso en la base que en la punta. Verde y liso, se vuelve gris y desarrolla cicatrices foliares con el paso de los años.

Las hojas crecen en roseta en la parte superior del tallo. De color verde claro, forman un mechón denso. Los limbos, carnosos y aovados, pueden medir hasta 30 centímetros de largo y doce de ancho. Están realzadas por una vena central blanca.

La palmera hawaiana florece en invierno. Las flores tienen forma de trompeta y nacen en la base de las hojas. Crecen en grupos de tres a ocho sobre pedúnculos cortos. Las especies se distinguen por su color. La Brighamia insignis botánica tiene flores de color crema. Las del cultivar "Kirsten", que se encuentra en las floristerías, son blancas. Por último, brighamia rockii tiene flores blancas con un tubo verde.

En la naturaleza, una polilla poliniza las flores. Éstas dan lugar a una cápsula que contiene las semillas. Desgraciadamente, este insecto prácticamente ha desaparecido y ahora hay que polinizar las flores a mano.

La savia de la palmera hawaiana contiene un látex blanco. Pero la planta no es tóxica para nosotros. Tampoco sería peligrosa para nuestros animales domésticos.