Mimosa pudica, la planta sensible

La mayoría de las plantas son sensibles y reaccionan, por ejemplo, a las ondas sonoras. La Mimosa pudica, también conocida como sensible, es muy emocional. Esta planta de la familia Fabaceae reacciona al tacto y al mal tiempo retrayendo sus hojas.

La Mimosa pudica es una planta perenne de hoja perenne. En estado silvestre, crece hasta un metro de largo en todas direcciones y tiene un hábito rastrero. En maceta, no supera los 50 centímetros de altura y se extiende. Esto le confiere un porte arbustivo.

La base de la planta es leñosa, mientras que los tallos rojizos son fusiformes. Están cubiertos de espinas.

Las hojas bipinnadas crecen en grupos de tres o cuatro sobre largos peciolos. Están formadas por unos quince foliolos de color verde brillante, dispuestos a ambos lados de la nervadura central.

Los limbos tienen un curioso órgano llamado pulvino. Al igual que en goeppertia louisae, permite a la planta plegar sus hojas por la noche. Pero la Mimosa pudica es especialmente sensible. También contrae su follaje cuando se le toca durante los periodos de sequía o de fuertes vientos. Este mecanismo le ayuda a protegerse de los depredadores y a sobrevivir cuando el clima se vuelve hostil.

Las flores, de color rosa, azul o lila, florecen en primavera. Los estambres erguidos forman un pompón de uno a dos centímetros de diámetro.

Tras la floración, aparece un fruto en la parte superior del tallo. Se trata de una vaina oblonga y aplanada. Contiene una semilla marrón.

Esta delicada planta no es tóxica para los animales. Al contrario, a veces se utiliza para alimentar al ganado. También es inofensiva para los humanos. Algunas personas creen que tiene propiedades medicinales e incluso mágicas.