Hedera helix, la hiedra común

Más conocida como hiedra, la Hedera helix es originaria de Europa. Esta planta, que pertenece a la familia de las Araliáceas, es imprescindible en el Viejo Continente. Cubre las fachadas de las casas y da a las vallas, setos y otros muros que se quieren ocultar un aspecto de casita inglesa.

La hiedra común es una planta perenne. Esta enredadera arbustiva suele crecer hasta una altura de diez metros en todas direcciones. Sin embargo, si no se poda, puede vivir varios siglos y alcanzar los 100 metros de longitud y los 30 metros de altura. Su porte depende de la variedad y de las condiciones de cultivo. Puede ser trepadora, colgante o arbustiva.

Los tallos leñosos tienen corteza marrón. Están cubiertos de pelos grises en forma de estrella. Las ramas trepadoras son las más vellosas. Presentan espigas en los entrenudos. Estas raíces adventicias permiten a la planta aferrarse a su soporte.

Las hojas alternas son duras. Existen varios tipos de hojas en un mismo tocón de hiedra. Las más jóvenes tienen forma de estrella. Las más viejas son palmeadas y tienen tres o cinco lóbulos. En algunas ramas, las que albergarán la floración, las hojas son ovaladas con el ápice puntiagudo.

El color del follaje depende del tipo de limbo y de la variedad. En la variedad botánica, Hedera helix, las hojas juveniles son de color verde brillante, mientras que las más viejas son de color verde oscuro. También hay cultivares comerciales con hojas amarillas o blancas variegadas, como hedera 'Eva.

La hiedra común florece en septiembre. En los extremos de los tallos aparecen racimos de flores verdosas o amarillas.

Los frutos aparecen en invierno. Las bayas, de color negro azulado, no miden más de un centímetro de diámetro. Contienen de cinco a seis semillas.

Aunque las bayas son las favoritas de los pájaros, son tóxicas para los humanos y otros mamíferos. Las bayas y las hojas pueden causar problemas respiratorios y digestivos si se ingieren, incluso en cantidades muy pequeñas.