Adenium multiflorum, la otra rosa del desierto

Adenium multiflorum es una variedad de rosa del desierto que sólo se encuentra en África oriental, Mozambique y Zimbabue. Y para los entusiastas de los bonsáis y las suculentas de todo el mundo Esta planta, que pertenece a la familia Apocynaceae, es muy buscada por sus delicadas flores y su silueta inusual.

Arbusto semisuculento de porte erguido y arbustivo, el Adenium multiflorum no supera los tres metros de altura en estado salvaje. En maceta o en interiores, su crecimiento es aún más modesto, alcanzando como mucho un metro.

En la parte superior, el tronco de corteza gris está coronado por ramas retorcidas. En la base, forma un caudex, una protuberancia que le permite almacenar agua durante los periodos de sequía.

Las hojas sésiles son carnosas y ovaladas. El haz, de color verde brillante, está surcado por venas blancas prominentes, mientras que el envés es de un verde pálido apagado. El follaje es caduco: los limbos caen en invierno y reaparecen en verano.

En estado silvestre, florece a principios de primavera, incluso antes de que las hojas hayan vuelto a crecer. Mientras que las flores de Adenium adenium obesumobesum tienen forma de trompeta, las de Adenium multiflorum tienen forma de estrella. Los cinco pétalos tienen márgenes ondulados y lóbulos puntiagudos. De color rojo oscuro en las puntas, tienen un centro blanco o rosado.

El fruto consta de dos folículos cilíndricos de hasta 20 cm de largo. Las semillas, de color marrón, están cubiertas de vello marrón.

El Adenium multiflorum es una planta tóxica. Su savia contiene alcaloides, una sustancia muy nociva para el ser humano y los animales. Antiguamente, los cazadores mojaban sus puntas de flecha en la savia para matar chacales. Así que mantén tu rosa del desierto fuera del alcance de mascotas y niños pequeños.