Oídio, un hongo que puede ser mortal
El oídio, a veces conocido como "mildiú polvoriento", es una enfermedad fúngica muy común que ataca a un gran número de plantas. Está causado por hongos cuyos crecimientos filamentosos invaden las plantas.
Los hongos causantes del oídio (Rysiphe, Microsphaera, Podospharea, Spaerotheca, etc.) pertenecen a la familia Erysiphaceae. Aunque cada especie vegetal se ve afectada por una variante diferente de la enfermedad, los síntomas siguen siendo los mismos.
Factores coadyuvantes
El oídio aparece tanto en invierno como en verano, con tiempo seco o húmedo. Una atmósfera confinada, el aire húmedo y la alternancia de días frescos y calurosos favorecen su desarrollo. Por eso es especialmente activo entre mayo y octubre.
Cómo funciona
Las esporas del hongo responsable del oídio se propagan :
- con el viento ;
- con la lluvia ;
- mediante el uso de herramientas de jardinería no desinfectadas;
- por contacto entre plantas.
El oídio ataca primero a las hojas. También ataca a los tallos y las flores. A medida que se acelera la colonización, se reduce el crecimiento de las plantas y, en el caso de los cultivos hortícolas, disminuye el rendimiento. Las plantas de interior sufren daños estéticos.
Síntomas
Al principio de la infección, el oídio se caracteriza por un afieltrado blanquecino en el follaje. Esta capa harinosa, de grosor variable, cubre los tejidos jóvenes, las hojas nuevas y los botones florales.
Las hojas se vuelven rígidas, deformes y perforadas. Los capullos se enroscan y la floración se reduce. Los árboles y arbustos se debilitan y las hojas se caen.
Por último, un ataque de oídio puede ser mortal para las plantas ornamentales u hortícolas.
Tratamiento
Para evitar la propagación del oídio, espacie las plantas para que no se contaminen unas a otras y no moje su follaje al regar cuando haga calor.
El azufre en polvo, diluido en agua y pulverizado sobre las hojas, es la solución más eficaz para tratar el oídio. Pero también puedes utilizar tratamientos naturales.
En cuanto aparezcan los primeros síntomas, corta y quema las hojas infectadas. A continuación, mezcla bicarbonato sódico, jabón negro y agua tibia. Pulveriza sobre el follaje seco para frenar el avance del hongo.
Por último, pulverizar cada semana una mezcla de 10% de leche y 90% de agua hará desaparecer el oídio.